De las muchas cosas positivas que se derivan de la práctica de cualquier deporte quisiera destacar dos en relación con el partido de hoy. La primera es el respeto al rival, un respeto que debemos entender como lo opuesto al menosprecio y que debe presidir siempre las relaciones entre los equipos, por mucha rivalidad que exista. La segunda, tan importante como la anterior, es la fe en las propias posibilidades. No se trata de una confianza entendida como autosuficiencia sino de la fe de aquél que no se da nunca por vencido ante retos descomunales y que siempre se esfuerza al máximo para superarlos.
Hoy hemos podido ver que Ion y Cristian han sido capaces de inculcar a nuestros chavales esa confianza necesaria para afrontar un partido tan difícil. El reto era importante ya que el APA Poble Sec se presentaba como líder del grupo, con 4 victorias sobre 4 encuentros y..¡La friolera de 33 goles a favor por tan sólo 8 en contra!
La determinación de los nuestros ya se notaba antes del inicio del partido. Estaban animosos e incluso hacían bromas sobre la buena suerte que les iba a reportar el que dos miembros del equipo hubiesen pisado lo que el dueño de un perro no se había dignado recoger.
Ese ánimo y esa fe no se quebraron al encajar el primer gol a los 5 minutos del primer cuarto (1-0), obra de..¿Adivinan quién? Pues sí, de Aleix Membrives, que ya había marcado 17 goles en los 4 primeros partidos. Pero el Europa no se vino abajo; siguió apretando en defensa y en ataque e incluso creó algunas buenas ocasiones de gol. Aunque la zaga y el portero del Poble Sec se mostraban bastante seguros siempre daba la sensación de que el gol del Europa podía llegar.
El marcaje sobre Membrives, con ayudas constantes de todos los defensas y centrocampistas, fue toda una lección de estrategia y funcionó muy bien. Tanto es así que el chaval, pese a haber marcado ya el primer gol, parecía un tanto frustrado.
La primera parte (segundo cuarto) terminó con la ajustada victoria local por 1-0 y con una durísima entrada por detrás sobre nuestra última incorporación, Antonino. Esa fea entrada dejó a nuestro delantero fuera de combate para el resto del partido y no mereció más que una amonestación verbal por parte del árbitro al jugador local.
Tras el descanso la intensidad defensiva continuó al mismo nivel. Sin embargo, en el minuto 29 llegó el 2-0 en una jugada en la que nuestro central metió la bota para evitar un remate de Membrives, que ya acariciaba el gol, con tan mala fortuna que el balón acabó en el fondo de nuestra propia portería. Los padres y madres del Europa (la "grada jove") reaccionamos redoblando los gritos de ánimo a nuestros chavales y así seguimos durante todo el último cuarto. Nuestros jugadores reaccionaron no bajando los brazos y apretando los puños.
Llegaron entonces un par de ocasiones y algunos córners a nuestro favor hasta que, finalmente, en el minuto 41, Alex Mas enchufó un gran disparo por alto que puso el 2-1 en el marcador y toda la emoción en los presentes. Seguimos apretando a tope y a los dos minutos, después de un par de actuaciones de mérito de ambos porteros, Alex volvió a ver portería con otro gran chut. El partido estaba empatado (2-2) y todo parecía ya posible.
El portero local nos lanzó una mirada de mosqueo a los animosos padres del Europa. Una desafiante mirada como diciendo "venga, va, que por mucho que animéis vais a acabar palmando". Pero en esas, al filo ya del partido (min. 47), llegó un nuevo córner para el Europa y, tras un par de rechaces in extremis a disparos de nuestros delanteros, el balón llegó a la frontal del área donde Víctor enganchó un fuerte derechazo cruzado al fondo de las mallas (2-3). Al igual que en la primera jornada, la remontada estaba consumada. ¡Casi no lo podíamos creer! Sólo quedaba un minuto para el pitido final. Eso sí, un minuto que se nos hizo eterno ya que el Poble Sec subió con todo y lo intentó hasta el final. Pero nuestros chavales supieron capear con gran coraje ese arreón final y consiguieron una victoria merecidísima.
¡A seguir así, muchachos!
José Mª Villares
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